Villa JUAN
El Hierro, una experiencia única.
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Una experiencia ÚNICA en el mundo.

Villa JUAN, El Hierro.

Desliza

Un entorno de ensueño: Donde el tiempo se aquieta y el alma respira

En la costa norte de El Hierro, en la pequeña y tranquila aldea de Las Puntas, donde los acantilados caen en vertical hacia el Atlántico y el aire lleva consigo el olor de la piedra volcánica y la sal marina, se encuentra Villa Juan.

Más que una casa, es un refugio. Un espacio donde lo esencial cobra protagonismo y la belleza está en lo sencillo: muros blancos, ventanas de madera azul, piedra local que conserva el calor del sol, y vegetación autóctona que crece con naturalidad, en armonía con el paisaje.

Durante el día, la villa se llena de vida. La luz entra generosa por cada rincón, el mar brilla a lo lejos y la sombra de la montaña recorre lentamente el jardín.

Pero es al atardecer cuando el lugar revela todo su encanto. El sol se oculta tras el horizonte, el cielo —limpio y despejado— se llena de estrellas. Y mientras, el mar sigue rompiendo con su ritmo constante, la casa invita al descanso, a las conversaciones íntimas, a sentir que uno está exactamente donde debe estar.

“La isla no es un lugar. Es una forma de mirar.” — Víctor Álamo de la Rosa

Una experiencia única en el MUNDO.

Villa Juan está pensada para ser vivida en compañía. Con capacidad para hasta OCHO personas, su distribución abierta y sus múltiples rincones permiten compartir sin agobios, disfrutar sin interrupciones y reconectar de verdad.

Durante el día, la terraza se convierte en el centro de todo:

desayunos largos mientras la luz entra por las rendijas de la pérgola azul, risas alrededor de la piscina, almuerzos al aire libre con el sonido del mar de fondo. La cocina —funcional y acogedora— invita a preparar comidas juntos, como las de antes. El salón con chimenea y techos altos es perfecto para echar una siesta, ver una película o simplemente no hacer nada.

Al caer la tarde, el ritmo cambia.

La barbacoa se enciende, las conversaciones se alargan en torno a la mesa exterior, y los niños juegan en el jardín volcánico mientras los adultos se quedan atrapados mirando cómo el cielo se tiñe de rojo y púrpura.

Por la noche, cada habitación ofrece su propio rincón de descanso.

Hay silencio. Hay paz. Hay esa sensación difícil de describir, pero que todos reconocen cuando están en el lugar correcto.

Esta villa consta de CUATRO dormitorios independientes, una sala de estar, una cocina totalmente equipada y un baño completo.

vistas mágicas
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Un enclave para quienes
saben disfrutar

El Hierro no es una isla para las multitudes. Es un territorio reservado para quienes saben mirar con calma, para quienes valoran el silencio, lo intacto, lo esencial.

En este rincón del mundo, donde la naturaleza se impone sin esfuerzo, cada elemento parece estar en su lugar desde siempre.

Villa Juan se encuentra en Las Puntas, uno de los rincones más tranquilos y auténticos de El Hierro, a solo 14 km de la playa salvaje del Verodal, de arena rojiza y aguas abiertas. El entorno natural es tan sobrecogedor como sereno: ideal para quienes buscan desconectar sin renunciar al confort.

Desde aquí, puedes explorar algunos de los lugares más singulares de la isla: el Charco Azul, con sus aguas cristalinas esculpidas en roca; el Mirador de La Peña, suspendido sobre el valle; o el Faro de Orchilla, donde el mundo parecía terminar antes de que empezaran a dibujarse nuevos mapas.

Distancias de interés:

  • — Charco Azul: 5 km
  • — Mirador de La Peña: 6 km
  • — Roque de la Bonanza: 27 km
  • — Faro de Orchilla: 30 km
  • — Aeropuerto de El Hierro: 20 km

La ubicación ha sido valorada por los viajeros con una puntuación de 9,8.

Las distancias han sido calculadas con OpenStreetMap©.

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Un espacio reservado para los sentidos

Una localización única, reservada para quienes buscan algo más que un destino. Un lugar para quedarse, aunque sea por unos días, sintiendo de verdad.

El paisaje —puro, áspero y honesto— es el verdadero protagonista. Sabinas retorcidas por el viento, coladas de lava que guardan el eco del fuego antiguo, senderos que huelen a tomillo, higuera y sal... Todo aquí invita a detenerse y respirar con profundidad.

“La isla no es un lugar. Es una forma de mirar.” — Víctor Álamo de la Rosa
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